Hemos comenzado la mañana como de costumbre. Algunos se despiertan más pronto y otros más tarde pero al final todos acabamos en pie.
 Nada nuevo, tostadas como de costumbre, pero siempre se agradece el sabor del chocolate.
Tras esto, a misa, donde hemos podido disfrutar de un alarde de anglicismos por parte de Don Juan.
Con mucha energía como de costumbre nos hemos puesto a la obra. Nuestros avances empiezan a ser evidentes y la tan querida valla que estamos construyendo luce cada vez más factible. Machetazo a Machetazo y Palazo a Palazo nos cansamos, pero nos recarga saber que el fruto de nuestro trabajo será un colegio en el que la Juventud de este pueblo podrá acceder a estudios, algo que para nosotros resulta algo del día a día, pero es una oportunidad que muchos locales no han podido disfrutar. Cabe mencionar que los bocadillos también recargan energías, pues hoy ha habido un comentario general muy positivo frente al sabor del mismo. Ha sido duro lidiar con la ola de calor que hoy nos ha acechado, pero entre la brisa que pasa por nuestros cuerpos en el pickup y las duchas refrescantes que siempre nos esperan a la vuelta, hemos podido sobrevivir. No hay que olvidar a los de la casa del cura, que siguen atónitos ante la facilidad con la que Youssef, el obrero que nos ayuda, es capaz de enfoscar las paredes. También hemos ido a la vela, tras la cual nos han recibido con unas botellas rellenas de agua del pozo que han sido fruto del esfuerzo de algunos de nuestros compañeros.
La cena ha ido mejor, lo que para muchos era una organización escandalosa ahora funciona muy bien, y hemos podido gozar de un delicioso puré de patata con carne.