Educación desde la fe, para que cada alumno crezca como es
Estamos convencidos que el ritmo y estilo de aprendizaje de cada alumno no es igual a otro.
Existen particularidades y características que los hacen únicos y, como tal, merecen una atención individualizada para acompañarlos de manera concreta en su crecimiento académico, emocional y social.
En Retamar, valoramos tanto su evolución académica como su desarrollo personal, creemos que ambos son esenciales para formar personas plenas, preparadas para afrontar los desafíos del presente y del futuro. Pero, más allá de buscar la excelencia académica, nos preocupa que nuestros estudiantes sean buenos seres humanos, sin importar a dónde vayan. ¡Ese es el verdadero sello distintivo de Retamar!
El preceptor
El preceptor es una figura fundamental en el proyecto educativo de Retamar.
Mientras que el tutor trabaja con toda la clase, el preceptor se enfoca en el seguimiento individual de cada estudiante, en colaboración estrecha con los padres, para lograr el objetivo común familia-colegio: formar personas responsables, libres y capaces de valerse por sí mismas.
El preceptor tiene la tarea de guiar a los alumnos a través de la amistad y confianza, promoviendo su formación humana y académica.
Acompaña a cada estudiante según sus necesidades, supervisando su rendimiento escolar y su desarrollo personal, e incluso atiende su vida espiritual, como continuación de la que recibe de sus padres y en contacto frecuente con ellos.
También se asegura de que el alumno mantenga hábitos positivos que fortalezcan su voluntad y lo preparen para vivir en sociedad.
En familias con varios hijos, se asigna un solo preceptor, facilitando la logística familiar.
Educación global
Metas de Carácter y Educación en Valores
En Retamar, parte de la formación humana se trabaja a través de las «metas de carácter», una herramienta que promueve y facilita el desarrollo de muchos de los hábitos necesarios para esa formación del carácter.
Se establecen objetivos claros y alcanzables en plazos cortos, favoreciendo la educación en libertad y la constancia. Esto permite que nuestros alumnos desarrollen su personalidad y tomen decisiones conscientes sobre el camino a seguir en la vida.
La construcción del carácter fomenta indirectamente valores como el respeto, la solidaridad, la amistad y el trabajo en equipo, entre otros. Además, busca cultivar un profundo amor a la verdad, la sinceridad y el compañerismo, formando hombres capaces de colaborar con su ejemplo y sus capacidades plenamente desarrolladas en la construcción de una sociedad más justa y mejor.


