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Crónica 12 desde Sudáfrica: «Celebridades»

  • 23/06/2022

De nuevo, la lluvia ha vuelto ha vuelto a trastocar nuestros planes. A primera mañana hemos recibido una charla sobre la colonización europea de Sudáfrica. Los que no nos quedamos dormidos, asistimos a una explicación a los conflictos y tensiones que se presentan en la sociedad sudafricana actual.

Por un tiempo, Sudáfrica fue una especie de Wild West propia de “El Bueno, el Feo y el Malo” en la que ingleses y holandeses se repartieron terrenos que ya tenían un dueño, una tradición y un credo. Huelga decir que no aplicaron ninguna clase de “valor democrático” de esos de los que hoy tantos se enorgullecen por el hemisferio de arriba. Los locales fueron apartados, esclavizados y condenados a vivir en una tierra con otros nombres y otros señores hasta hace algo más de 30 años. De ahí en adelante se produjo un cambio de manos, pero el mal es ya endémico.

Acabada la sesión, unos pocos hemos podido trabajar pintando habitaciones y avanzando con los murales interiores. Otros, con una solidaridad sin precedentes, han cedido su plaza para quedarse jugando a las cartas o echando una pachanga.

A mitad de jornada, Bev nos ha traído el editorial de mañana en el periódico de la zona. Resulta que hay dos páginas dedicadas a esos “spanish philantropists” que han decidido venir a ayudar a la comunidad. Sorprende que un pequeño gesto como el nuestro sea capaz de generar tanto revuelo. Uno nunca es consciente del poder del ejemplo, de unos tíos del otro lado del mundo viniendo a trabajar con una sonrisa y dispuestos a echar una mano en lo que haga falta. Frente a una juventud desesperanzada, sin perspectivas vitales ni ambiciones llegamos nosotros a un diminuto pueblo a ponerlo patas arriba con nuestros altavoces y nuestros rodillos de pintura. La gente agradece nuestra presencia cuando, a mi parecer, muchas veces nos ayudan a nosotros más que nosotros a ellos. Es difícil pensar que nosotros, a pesar de echar una mano, nos vamos a una cama caliente, a una universidad y a un lugar en el que sacar todo el potencial que llevamos mientras que ellos se quedan aquí. Y todavía nos lo agradecen. Quizás hagamos más de lo que creemos, quizás con nuestro ejemplo alguien sale adelante. Solo el tiempo lo dirá.

Como tampoco nos basta con cambiar el panorama a base de reggaeton y martillazos, hemos decidido que usar la oxidada campana de la única iglesia católica del pueblo es una cosa necesaria. También hemos conseguido habilitarla y que vuelva el Santísimo al sagrario en este remoto punto del orbe. Nuestro sacerdote, D. Rafael, ha buscado en los más recónditos lugares de la iglesia y ha conseguido que por primera vez desde 2018 el Señor vuelva a donde nunca tuvo que irse.

No sólo de ladrillos vive el hombre.

Rafa Gutiérrez de Cabiedes

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Crónica 12 desde Sudáfrica: «Celebridades»

  • 23/06/2022

De nuevo, la lluvia ha vuelto ha vuelto a trastocar nuestros planes. A primera mañana hemos recibido una charla sobre la colonización europea de Sudáfrica. Los que no nos quedamos dormidos, asistimos a una explicación a los conflictos y tensiones que se presentan en la sociedad sudafricana actual.

Por un tiempo, Sudáfrica fue una especie de Wild West propia de “El Bueno, el Feo y el Malo” en la que ingleses y holandeses se repartieron terrenos que ya tenían un dueño, una tradición y un credo. Huelga decir que no aplicaron ninguna clase de “valor democrático” de esos de los que hoy tantos se enorgullecen por el hemisferio de arriba. Los locales fueron apartados, esclavizados y condenados a vivir en una tierra con otros nombres y otros señores hasta hace algo más de 30 años. De ahí en adelante se produjo un cambio de manos, pero el mal es ya endémico.

Acabada la sesión, unos pocos hemos podido trabajar pintando habitaciones y avanzando con los murales interiores. Otros, con una solidaridad sin precedentes, han cedido su plaza para quedarse jugando a las cartas o echando una pachanga.

A mitad de jornada, Bev nos ha traído el editorial de mañana en el periódico de la zona. Resulta que hay dos páginas dedicadas a esos “spanish philantropists” que han decidido venir a ayudar a la comunidad. Sorprende que un pequeño gesto como el nuestro sea capaz de generar tanto revuelo. Uno nunca es consciente del poder del ejemplo, de unos tíos del otro lado del mundo viniendo a trabajar con una sonrisa y dispuestos a echar una mano en lo que haga falta. Frente a una juventud desesperanzada, sin perspectivas vitales ni ambiciones llegamos nosotros a un diminuto pueblo a ponerlo patas arriba con nuestros altavoces y nuestros rodillos de pintura. La gente agradece nuestra presencia cuando, a mi parecer, muchas veces nos ayudan a nosotros más que nosotros a ellos. Es difícil pensar que nosotros, a pesar de echar una mano, nos vamos a una cama caliente, a una universidad y a un lugar en el que sacar todo el potencial que llevamos mientras que ellos se quedan aquí. Y todavía nos lo agradecen. Quizás hagamos más de lo que creemos, quizás con nuestro ejemplo alguien sale adelante. Solo el tiempo lo dirá.

Como tampoco nos basta con cambiar el panorama a base de reggaeton y martillazos, hemos decidido que usar la oxidada campana de la única iglesia católica del pueblo es una cosa necesaria. También hemos conseguido habilitarla y que vuelva el Santísimo al sagrario en este remoto punto del orbe. Nuestro sacerdote, D. Rafael, ha buscado en los más recónditos lugares de la iglesia y ha conseguido que por primera vez desde 2018 el Señor vuelva a donde nunca tuvo que irse.

No sólo de ladrillos vive el hombre.

Rafa Gutiérrez de Cabiedes