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Crónica 14 desde Barkly East: «This is what it takes to be a man»

  • 21/07/2022

El día de hoy amanecía tranquilo, lejos de las amenazas de lluvia que se cernían sobre nosotros durante los últimos días; a pesar del frío, no es la tormenta perfecta que vaticinan las aplicaciones meteorológicas, aunque el día señalado no está lejos, ya que los oscuros nubarrones están siempre presentes y sin duda acabará por llover.

En el desayuno nos hemos encontrado con una inesperada pero bienvenida sorpresa, varios alumnos del internado estaban desayunando en el comedor, ya que el día de hoy marca el comienzo del período escolar, muy diferente al nuestro, ya que nos hallamos en otro hemisferio. Así que hemos compartido juntos el desayuno y nos hemos puesto en marcha.

Tras la misa nos hemos dirigido a nuestros respectivos puestos de trabajo. En general estamos envueltos en el engañoso proceso de dar los últimos detalles al proyecto. Digo engañoso porque parece cosa de un par de horas, pero a medida que avanzamos no hacemos sino descubrir más cosas que necesitan retoque, sean estas cosas sencillas, como quitar pintura de una encimera, o tareas más complicadas, como tener que martillar el techo para arreglar las fastidiosas goteras que se forman en los tejados de chapa.

Después de la comida, aparte de encontrarnos con una cabra que se adentró en la obra y fue consecuentemente toreada y vestida de obrero, atendimos a dos charlas muy interesantes.

La primera fue presidida por una recién retirada directora en el ayuntamiento, que nos ha explicado el funcionamiento (muy por encima) de la política sudafricana, que por desgracia se halla todavía sumida en sesgos raciales, al igual que el país.

La segunda nos la ha dado Montguesse y en ella ha explicado como pasan en la cultura de Lesotho de un “boy” a un verdadero “jombre”. El proceso empieza por el nacimiento, en el que se sacrifica una vaca al espíritu de los ancestros, para que le protejan. Cuando el varón alcanza la mayoría de edad, es enviado con los ancianos a que le enseñen a respetar, no sin antes sacrificar una oveja para que una vez más le protejan. Tras la enseñanza, se le envía a sobrevivir a las montañas por sí solo entre uno y seis meses. Si consigue sobrevivir a esto (casi nada) se sacrifica una vez más a una oveja para dar gracias a los ancestros y el varón es considerado un hombre a medias, ya que para que se le considere un “fully fletched man” tiene que encontrar una mujer, tras encontrarla, ofrece a la familia de ella un regalo como modo de gracias y para establecer buenas relaciones entre las dos familias, sea este en forma de dinero o ganado. Tras ello, pasa a formar parte de la familia. También nos ha explicado el deber de un hombre de proteger y proveer a los demás antes que a ti mismo. Por último nos ha explicado el proceder si “accidentalmente” muere el marido antes que la mujer: se sacrifica una oveja para “liberar” el alma del varón y que pase a formar parte de los ancestros.

En general ha sido un día productivo y también ha servido para asimilar un poco la cultura sudafricana, que ya podemos ver que la asimilación surte efecto porque no paran de llegar alumnos con peinados tradicionales.

Jaime Barrado Martín

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Crónica 14 desde Barkly East: «This is what it takes to be a man»

  • 21/07/2022

El día de hoy amanecía tranquilo, lejos de las amenazas de lluvia que se cernían sobre nosotros durante los últimos días; a pesar del frío, no es la tormenta perfecta que vaticinan las aplicaciones meteorológicas, aunque el día señalado no está lejos, ya que los oscuros nubarrones están siempre presentes y sin duda acabará por llover.

En el desayuno nos hemos encontrado con una inesperada pero bienvenida sorpresa, varios alumnos del internado estaban desayunando en el comedor, ya que el día de hoy marca el comienzo del período escolar, muy diferente al nuestro, ya que nos hallamos en otro hemisferio. Así que hemos compartido juntos el desayuno y nos hemos puesto en marcha.

Tras la misa nos hemos dirigido a nuestros respectivos puestos de trabajo. En general estamos envueltos en el engañoso proceso de dar los últimos detalles al proyecto. Digo engañoso porque parece cosa de un par de horas, pero a medida que avanzamos no hacemos sino descubrir más cosas que necesitan retoque, sean estas cosas sencillas, como quitar pintura de una encimera, o tareas más complicadas, como tener que martillar el techo para arreglar las fastidiosas goteras que se forman en los tejados de chapa.

Después de la comida, aparte de encontrarnos con una cabra que se adentró en la obra y fue consecuentemente toreada y vestida de obrero, atendimos a dos charlas muy interesantes.

La primera fue presidida por una recién retirada directora en el ayuntamiento, que nos ha explicado el funcionamiento (muy por encima) de la política sudafricana, que por desgracia se halla todavía sumida en sesgos raciales, al igual que el país.

La segunda nos la ha dado Montguesse y en ella ha explicado como pasan en la cultura de Lesotho de un “boy” a un verdadero “jombre”. El proceso empieza por el nacimiento, en el que se sacrifica una vaca al espíritu de los ancestros, para que le protejan. Cuando el varón alcanza la mayoría de edad, es enviado con los ancianos a que le enseñen a respetar, no sin antes sacrificar una oveja para que una vez más le protejan. Tras la enseñanza, se le envía a sobrevivir a las montañas por sí solo entre uno y seis meses. Si consigue sobrevivir a esto (casi nada) se sacrifica una vez más a una oveja para dar gracias a los ancestros y el varón es considerado un hombre a medias, ya que para que se le considere un “fully fletched man” tiene que encontrar una mujer, tras encontrarla, ofrece a la familia de ella un regalo como modo de gracias y para establecer buenas relaciones entre las dos familias, sea este en forma de dinero o ganado. Tras ello, pasa a formar parte de la familia. También nos ha explicado el deber de un hombre de proteger y proveer a los demás antes que a ti mismo. Por último nos ha explicado el proceder si “accidentalmente” muere el marido antes que la mujer: se sacrifica una oveja para “liberar” el alma del varón y que pase a formar parte de los ancestros.

En general ha sido un día productivo y también ha servido para asimilar un poco la cultura sudafricana, que ya podemos ver que la asimilación surte efecto porque no paran de llegar alumnos con peinados tradicionales.

Jaime Barrado Martín