A las seis de la mañana, insatisfechos por la tardía hora del desayuno (7:15), cinco locos (Jaime Huerta, Alonso Regidor, Álvaro Artabe, Juan Conde e Ignacio Gómez) han decidido maltratar a su cuerpo saliendo a correr a tres grados bajo cero.

Pero, antes de nada, deberíamos consagrar la crónica de hoy “al de arriba”, o por lo menos eso es lo que nos han enseñado en nuestra sesión en el ayuntamiento. Y es que esta misma mañana hemos acudido todos para recibir la bienvenida de dos concejales de Barkly East.

Este encuentro ha sido al más puro estilo sudafricano, con bailes, cánticos y discursos de los cuales hemos entendido menos de la mitad. Lo primero que nos ha impactado de este curioso acontecimiento es el hecho de que lo hayan consagrado, como hemos mencionado antes, “al de arriba”, pero no solo esto, sino el modo en el que lo han hecho: repitiendo “Oh Lord Jesus” cada dos palabras y cada vez con más ímpetu. Este shock, que nos ha mantenido con la cabeza inclinada y los ojos cerrados durante varios minutos, ha causado que más de uno se vea obligado a contener las carcajadas, pero, pronto, hemos escuchado con la mano en el pecho, la cabeza arriba y llenos de orgullo el himno nacional español. Luego, su coro ha entonado el suyo con un ritmo y melodía envidiables.

Posteriormente, el concejal ha pronunciado unas palabras para darnos una cálida bienvenida, entre las cuales ha citado a nuestro querido presidente del gobierno, Pedro Sánchez, mencionando que lo que motiva nuestras acciones solidarias es el deseo de buscar igualdad y cuidar el planeta. Esto ha sido seguido por un representativo discurso por parte de nuestro jefe supremo, Jaime Zuloaga, que, una vez más, ha conseguido portar la voz del colegio y plasmar una imagen impecable. Sin embargo, esto no ha sido suficiente como para recibir una bolsa de regalo, a cuyos lujosos obsequios (gorras, cuadernos y una cantimplora) solo han podido acceder los mayores de la convivencia. Finalmente, nos han invitado a un exquisito aperitivo, a base de Nuggets, salchichas y muslitos de pollo, para coger fuerzas y comenzar la jornada.

En el trabajo, hemos avanzado bastante con los exteriores de las casas que conforman el orfanato, enfrentándonos a grandes crisis de pintura que, pudiendo haber significado un caos total, no han derivado en un mayor incidente gracias a la impecable gestión de Luis Taub. El tejado ha seguido dando problemas, aunque se ha observado un avance considerable y aún sin incidentes mayores.

Por último, hemos podido celebrar la Santa Misa de nuevo gracias a la fuerza de D. Enrique que ha regresado al cien por cien.

Gonzalo Iniesta y Javier Cepeda