Tras 24 horas entre vuelos y aeropuertos hemos llegado a Yaoundé. Hemos llegado todos vivos, alguno sin maleta, dicen que no les ha llegado. Igual creían que venían a un hotel de 5 estrellas. La entrada a la mansión fue compleja, pero supimos adaptarnos. Ha sido una noche corta pero intensa, sobre todo para los que han dormido en el suelo ( mientras Boville tenía una maleta llena de colchones) . Nuestro despertar…caótico,diferente,nos lavamos los dientes mirando la jungla y hacemos contacto visual con una mujer humilde que trabaja pacíficamente en su huerta. Hemos ido a desayunar agua con polvos mágicos que lo convierten primero en leche y luego en colacao.

A las 12 hemos ido a misa. No nos ha hecho falta un traductor simultaneo, gracias a Dios. Al salir hemos jugado un partido con Mbappe, Eto’o, y Mané. Lo más increíble del día habrá sido que juegan con chanclas y no se les despegan del pie mientras juegan. 

A continuación de eso, hemos vuelto a casa a preparar la comida. El menú de hoy era bocadillo de atún o de chorizo. Ni en madrid podemos elegir menú, esto es un lujo. 

El día después de comer no había hecho más que empezar. Hemos reorganizado el edificio y echado una mano con el polvo.

Hemos ido con unos señores que nos llevan en la parte de atrás de su 4×4, el viento nos mueve el pelo de adolescentes(a algunos se les ha movido por la maquinillla) y nos hemos dirigido a la obra donde pasaremos trabajando los próximos 21 dias.

Tenemos trabajo que hacer, pero ganas también. Hemos vuelto de la obra y nos hemos dado nuestro primera ducha. Nos ha sentado muy bien. Ahora vamos a cenar, el día de hoy se queda en un 10/10.