Acabada la tertulia y la grabación del podcast unos pocos nos reunimos al calor del fuego. El fuego es, quizás, uno de los elementos más primitivos y uno de los pilares de la existencia humana. Muchas veces adorado, otras temido, y siempre clave para dotarnos de ese calor tan necesario. Alrededor de las danzantes llamas se sentaron los cimientos de toda cultura que se precie. Escribía Lampedusa en el “Gatopardo” que, a veces, todo tiene que cambiar para que nada cambie, y ayer no iba a ser menos.

Alcolea sacó la guitarra y se hizo la magia. Bajo la estrellada noche sudafricana interpretó una rasgada y sentida versión de “Wish you were here” que dio salida a una noche única, más tarde se uniría su voz D. Juan Navalpotro. Unos locales nos enseñaron su música y bailes, esa que llevan tan dentro y que llevan impresa al nacer, como una cualidad intrínseca de todos los que por aquí moran.

Hoy nos hemos ido de excursión por la montaña. El paisaje es una cruda estepa endurecida por el frío e indómita a lo largo de los siglos.

Por la tarde disfrutamos de un épico encuentro en el Maracaná de Barkly East con el equipo de la zona. Íñigo “el Loco” Ybañez seleccionó a 22 de nuestros mejores jugadores. Fue un partido de gran intensidad y de amistosa tensión (además de físicamente comprometido porque aquí no se andan con chiquitas) que se saldó con un sólido 4-2 para los nuestros. Hemos causado sensación y varios equipos nos han retado ya.

El fútbol y el trabajo no paran.

Rafa Gutiérrez de Cabiedes